En niños, la enfermedad por lo general es aguda y se
resuelve de forma espontánea. En cambio en adultos es más
probable que la enfermedad se cronifique, por lo que requiere
un tratamiento y supervisión individualizado para mantener un
recuento de plaquetas en un nivel seguro y prevenir sangrados
severos.
Hasta hace poco, la PTI ha sido conocida como púrpura
trombocitopénica idiopática, pero el nombre se cambio por
trombocitopenia inmune, ya que muchos de los pacientes no
sufren de púrpura y en la mayoría de los casos es un trastorno
autoinmune y no idiopático.
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